CATRIEL NIEVASCatriel Nievas | La Sombra del Sueño
ARTISTA: Catriel Nievas
WEB: catrielnievas.com
OBRA: La Sombra del Sueño
PLUS: No
FORMATO: Digital
SELLO: SELLO POSTAL
RELEASE: Octubre/2020
PAÍS: Argentina

Los deseos insatisfechos de la vigilia contribuyen a provocar el sueño, pero no pueden formarlo por sí solos, para ello siempre sería necesaria su conexión con deseos inconscientes.

José Antonio Méndez, Mariano de Iceta

CATRIEL NIEVASCatriel Nievas

Catriel Nievas es músico experimental, docente y un apasionado por las melodías simples, acordes y sonoridades “fantasmales” como le gusta decir, tratando de buscar el ritmo generan en su interior y los rastros que dejan en la escucha.

“Este año estuve particularmente activo y pude hacer bastante música y también grabarla.” Es casi una declaración de guerra verbal contra el ocio.

En el año 2016 tuve acercamiento a su trabajo con Túneles, una experiencia electroacústica grabada en una sola jornada a dúo junto a  Marcelo Von Schultz y editada por ADAPTADOR Records. Había olvidado ese detalle hasta que revolviendo en mi discoteca digital me topé con ese disco. Fue cuestión de comenzar a atar cabos.

La sombra del sueño es el disco que nos toca reseñar en esta oportunidad. Catriel junto con Juan Manuel Patricio, hace un corto tiempo atrás editaron en colaboración un álbum que ya reseñamos aquí, y ese fue al acercamiento ya en concreto a su nombre.

Catriel es una persona amable y reafirma su condición de bonaerense del conurbano, despegándose un poco de estigmatizante “porteño” bien conocido universalmente.

Este disco es particular, si bien abundan las colaboraciones, es un disco solista, y es un interesante trabajo desde la primera pieza.

Escuchemos, o mejor dicho, leamos por sus palabras sobre su propio trabajo.

“La sombra del sueño” es el título del último disco que lancé de forma individual pero sin embargo está repleto de colaboraciones de artistas que admiro y ayudaron a darle forma a la música y el concepto que constituye el álbum.
Todo comenzó el primer día de cuarentena, cuando en Buenos Aires todes pensamos que iba a durar solo 2 semanas.
El año pasado estuvo muy cargado para mí porque trabajo como profesor de música en varias escuelas, tengo una sala de ensayo, siempre que tocaba o ensayaba tenía que viajar y al final de la semana tenía la cabeza en mil lugares. Esas dos semanas de cuarentena las iba a aprovechar para dejar todos los micrófonos conectados, la guitarra, sintetizador y cualquier otra cosa que haga sonido para grabar y poder hacerlo a cualquier hora y momento del día, aprovechando al máximo el quedarme en casa.
En algún momento compartí una historia en las redes sociales sobre esta grabación que había comenzada y de repente me escribieron amigues que querían participar. Entonces me mandaron grabaciones para que incluya en lo que venía trabajando.
La cuarentena se extendió, yo ya había empezado a componer y pensar la música. Estaba en pleno proceso de grabación y me encontré a mí mismo soñando muy intensamente. Comencé a anotar los sueños que tenía noche a noche en un cuaderno. Según dicen, ese ejercicio hace que sea más fácil retener detalles de tus sueños, entonces soñaba y anotaba. En paralelo se los contaba a mi psicóloga. Les dábamos vueltas tratando de encontrarles un lenguaje o significado que nos sirviera para entender mejor cosas de las que hablamos en las sesiones, como eventos o hechos de mi niñez o adolescencia.
En algún momento la grabación se encontró con ese cuaderno y ahí encaré definitivamente hacia una música dedicada a mis sueños.

Nos gusta pensar que Freud es el puntapié hacia la interpretación de los sueños, lo cierto que es un trabajo intensamente interesante que nos lega el austríaco, pero no fue el único. Los sueños son una parte importante a la hora de la creación, nos brindan ideas y nos resuelven problemas, en mi caso particular, me ayuda incluso, a organizarme el día. Aún más, comparto no de forma litera, pero si el mismo cuaderno que Catriel que me ayuda en la composición de obras o como resolver un montaje sonoro.

Comencé trabajando con la guitarra eléctrica, como siempre, que es mi instrumento principal y al que amo. Hace un año compré un pedal de guitarra Freeze, que es un pedal que mantiene una nota o sonido de la guitarra durante mucho tiempo. Por otra parte, tengo un sintetizador llamado Dark Energy que básicamente compré porque me gustaba el nombre, pero es muy poderoso y se lleva muy bien con esas notas largas que quedaban mantenidas con el Freeze. Me gusta que las notas de la guitarra y las del sintetizador sean casi iguales, casi la misma nota, pero nunca la misma. Cuando están por encontrarse, se vuelven a alejar y a separar. Entre las notas sucede algo muy hermoso, que es el batimento. Un fenómeno acústico que se genera cuando dos frecuencias muy parecidas se acercan, ahí se genera un ritmo o pulso resultado de la vibración de las frecuencias cercanas.
Todo el disco está basado en esos ritmos que aparecen y desaparecen. Creo que es una buena metáfora para entender lo que me interesa de los sueños. Que siempre se están por encontrar con la realidad, pero ligeros detalles como una cara cambiada, una ropa extraña en algún amigo, un lugar similar a otros pero que nunca visitaste, hacen que el encuentro no se dé. Todo parece ser casi cotidiano, pero no lo es.
Cada track me recuerda a alguno de esos sueños que anoté y están titulados como las imágenes que aparecen en ellos.

En parte de las conversaciones que fuimos manteniendo con Catriel, entre recomendaciones, curiosidades y muchos etcéteras, aparecieron dos peculiares personajes, el primero es John Carpenter, esa gran eminencia del cine político de los últimos 50 años y el controvertido Varg Vikernes.

Resulta que en una de las escuchas de La Sombra del Sueño pase de la vigilia al un sueño leve, en el cual no es posible identificar si el espacio que te rodea pertenece al dominio de Orfeo o al de la razón kantiana. En un momento en el que suena uno de los tracks del álbum, precisamente el primero, me encuentro recreando un fragmento del emblemático film de Carpenter, Halloween (1978), de la misma manera en la que relata Catriel en sus sueños, leves detalles que no son en la vigilia, nuestro inconsciente se toma la libertad de decorarlos a su gusto. En este caso, Myers paseaba a plena luz del día, con su máscara del Capitán James Tiberius Kirk y el overol blanco tiza por una calle llena de árboles muy similar a lo propuesto en el film. La coronación es que la música del film corresponde a Catriel con el track El médano y la serpiente.

En estas conversaciones que fuimos manteniendo mientras editaba la entrevista, el músico expresa esta coincidencia cuando le manifesté que su música tenía un aire a las bandas de sonido del director, lo cual el coincide y manifiesta una cita sobre el mismo film. Carl Jung no habla de coincidencias o casualidades, sino hechos más bien destinados a encontrarse, una cierta metáfora de determinismo místico.

Catriel NievasCatriel Nievas

En el disco aparecen voces cantando y alguna voz hablando… Es la primera vez que utilizo voces cantando en mi música, pero me parecía importante que estén, por esto que mencionaba anteriormente. La voz cantada nos remite automáticamente a algo de la realidad y a veces, de nuestro pasado, de nuestra infancia, como nuestra madre o abuela cantándonos muy cerca de nuestros oídos para inducirnos al sueño. Me parecía un buen anclaje entre tanto sonido de sintetizador y guitarra eléctrica que a veces se vuelve muy duro, muy abstracto. Era importante que se mantenga
algo de esa primera escucha, de esos recuerdos sonoros y melódicos. Por suerte en las voces colaboraron mi novia Lil (quién también diseñó el arte de la portada) y mi amiga Nat que es mamá entonces, creo, captó la idea enseguida. Ambas tienen voces muy increíbles y balancearon muy bien con la claustrofobia que generan otras partes del disco. Incluso, me animé a cantar un poco. También aparece mi voz diciendo algunas cosas, pero totalmente distorsionadas, como cuando sabemos que en un sueño alguien dijo algo y lo escuchaste, pero no sabes qué.
Hay algunos paisajes sonoros también y sonidos de stock (foley), por ejemplo pasos o fuego que sirven como un llamado a la vida fuera de los sueños, pero que puestos en una situación extraña cambian totalmente de sentido. Las risas en el segundo track, repetidas entrecortadas, me llevan a un lugar familiar, un recuerdo al que siempre regreso, quedarme dormido en la playa de chico y escuchar las voces ir y venir, entre despierto y dormido se esfumaban, pero no buscan retratar felicidad, ni nostalgia sino algo cotidiano puesto en otro contexto más enrarecido y con un comportamiento fuera de lugar, casi inapropiado. Eso me inquieta muchísimo, pero también me fascina.
La portada trata de buscar esa prueba de realidad, siempre que queremos confirmar si estamos despiertos o seguimos soñando nos miramos la mano, contamos nuestros dedos ¿estamos allá o estamos acá?.

Si el encuentro onírico fue en las calles de Haddonfield, Illinois con Michael Myers, la realidad nos trae a un encuentro con Burzum, el proyecto solista de Vikernes, un polémico músico noruego vinculado a un espectro extremos del metal nórdico. En momentos de compartir experiencias o acercamientos a la codificación de los sueños, surge la recomendación de este peculiar álbum de Burzum, compuesto por Vikernes para una edición no oficial en cassette. ¿Qué tiene Foreldra, el álbum mencionado de Burzum, que ver con esta charla? Mucho.

Uno está acostumbrado al consumo mediático, incluso con juicios a priori. Hace un tiempo, luego de ver el documental Until the Light Take Us, el cual trae un panorama que quita prejuicios sobre algunos movimientos musicales, lo que nos acerca es el proceso de búsqueda y exploración para encontrar un tipo de sonido. El cual puede provenir de experiencias sensoriales diversas. Quienes profesan este arte, están a la búsqueda permanente de un sonido propio e identificatorio. Formarlo en su propia marca que los diferencie de la media, acompañado de una estética visual. Estos motivos, fue lo que conversábamos con Catriel a la hora de compartir enlaces, de allí que la razón en vigilia la provee Burzum y la codificación la trae John Carpenter.

Después de contarte esto un poco me dan ganas de cuestionar la palabra “realidad” en el contexto de los sueños. En definitiva, ellos son parte de nuestra realidad, pero exagerada, como un relato que nos contamos todas las noches para acordarnos cosas que nos olvidamos de día o que queremos ver y no podemos o no nos animamos.

Si gustan, pueden escuchar el podcast con la reseña aquí